lunes, 17 de diciembre de 2012

Teo






“No existe la casualidad, lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.”   

                                                                                                            Friedrich Schiller (1759-1805)


       Un día duro en el trabajo. En la radio del coche sólo noticias sobre la crisis económica, recortes, desahucios, incertidumbre en el futuro… En cuanto llegué a casa saludé con un beso a mi familia, me di una ducha, un poco de música tranquila, un momento de relajación en la cama antes de cenar y…

- Hola soy Teo.

- ¿Cómo?

- Que soy Teo, Ibdana me pidió que la sustituyera y te atendiera hoy.

       Me hablaba de nuevo una abeja, pero esta vez no se trataba de Ibdana, la reina con la que mantenía mis diálogos y lecciones de vuelo interno. Esta era diferente, sobre todo por sus ojos, eran grandes y profundos.

- Hola, eres diferente a las obreras que había visto hasta ahora.

- Bueno, diferente, diferente, no exactamente. Soy un zángano.

- ¡Vaya, un zángano! (sonreí ligeramente)

- Sí ¿Puedo preguntarte de qué te ríes?

- Nada, nada, perdona. Ha sido sorpresa.

- No. Han sido prejuicios. Y lo entiendo, tal y como los humanos prejuzgáis y lo etiquetáis todo.

- ¡Lo siento! me has pillado (y sonreí, pero esta vez amablemente). Es que la idea que se tiene habitualmente de los zánganos es de… (Me interrumpió)

- Sí, lo sé, en vuestro idioma es sinónimo de inútil, vago y perezoso, lastre que mantener ¿verdad?

- Bueno algo así, pero te ruego que no te molestes conmigo. Si Ibdana te ha enviado hasta mi es por algo. Así que no te enfades, no me vayas a picar.

- ¿Picar? (y soltó una gran carcajada) No sé con qué ¡Tranquilo hombre! Los zánganos no tenemos aguijón ni veneno. Somos budistas. (Y de nuevo soltó una gran carcajada contagiosa y reímos juntos.)

- Te ruego perdones mis prejuicios, tienes todo la razón sobre esa característica nuestra de prejuzgar, renunciar a lo cognoscible por lo ya conocido.

- Más bien, como dice la tradición, os quedáis en lo conocido por miedo a lo desconocido.

- Sí, cierto. Por favor, siento curiosidad ¿Cuál es el papel de los zánganos en la colmena?




- Te hablaré un poco de ello, porque Ibdana me encargó otro cometido contigo hoy. Antes que nada, el nombre de zángano nos lo habéis puesto los humanos. Surgimos de huevos sin fecundar puestos por su gracia, la Reina de la colmena. Por eso tenemos la mitad de los cromosomas que las hembras. En una sociedad matriarcal, nosotros somos los más vulnerables y sensibles. Nuestro papel en la colmena es el de mantener su equilibrio, nuestro especial sistema sensitivo nos permite detectar cualquier cambio o variación sospechosa, de forma que la colmena entera actúa a nuestras indicaciones. También nos encargamos de colaborar en mantener la temperatura, reemplazando a las nodrizas para que descansen, mientras nosotros mantenemos calientes a las crías en sus celdas. Repartimos también el néctar y la miel recolectada entre las obreras alimentándolas, cada uno de nosotros atiende a unas 50 obreras. De vez en cuando salimos, y como no tenemos glándulas odoríferas, visitamos otras colmenas ya que no somos rechazados por las guardianas de la entrada. Pero nuestro gran don, nuestra principal misión es “dar vida con nuestra vida”. El día de nuestra muerte es el de nuestras bodas. Salimos en Vuelo Nupcial, voluptuoso y embriagador, en trance, y nos unimos hasta 17 de nosotros en una cópula, en un brindis por la vida, con su gracia la reina. Nuestro esperma queda en su interior, almacenado durante mucho tiempo, lo que produce su increíble fecundidad. Ese día, nosotros perdemos nuestro aparato genital y morimos, dando nuestra vida por la Vida.

       Asombrado, escuchaba su descripción. Estaba leyendo el sagrado libro de la naturaleza, el llamado en la tradición “M”, el “Liber Mundi”.

- Querido amigo Teo, es sorprendente lo que me cuentas ¡Ya lo creo que has cambiado mi idea sobre los zánganos!

- Pero hay más (dijo mientras sonreía). La atmósfera de la colmena, para mantener el ritmo de trabajo y servicio, necesita de equilibrio y serenidad emocional. Porque, aunque vosotros lo dudéis, los animales sí tenemos sentimientos, al igual que las plantas. Y de eso nos encargamos nosotros. Poco después de nacer, aprendemos a emitir e irradiar constantemente, sentimientos de paz, calma, serenidad, equilibrio. Modulamos el nivel vibratorio de la colmena, o de lo contrario funcionaría en desorden y caos, algo así como vuestras estresantes sociedades occidentales. Cuando te dije que éramos budistas, no era broma. Y te diré algo más, esta función nuestra, es muy similar a la que se relaciona con uno de los secretos iniciáticos mejor guardados acerca de vuestra especie humana.

- ¿Secreto? ¿Cuál?

- Los S.D.

- ¿S.D. de qué hablas?


- Me refiero a los seres humanos con Síndrome de Down. Para vosotros ellos son una anomalía genética, muchos, tristemente, los consideráis un fracaso evolutivo. Sin embargo nada está más alejado de la verdad. Los S.D. son un regalo de Dios a la humanidad. Su trisomía en el par de cromosomas 21, NO ES CASUALIDAD, no es un error genético. Responde a un Plan para entregar a vuestra especie “amantes PUROS del Amado”. La calidad de sus mentes y corazones, son de tal pureza vibracional y evolutiva, que sólo grandes iniciados y almas santas se acercan a su nivel. Su papel original es similar al nuestro en la colmena, emitir e irradiar pensamientos y emociones primordiales, que ejercen un efecto curativo y benéfico sobre vosotros, modulando el equilibrio psicológico y emocional de vuestra sociedad, armonizando la atmósfera de la humanidad. Por eso, las culturas realmente civilizadas, cuidan de ellos con sumo respeto y veneración. Nunca les desprecian ni les miran con pena, son deseados y reconocidos como dones divinos. Sin embargo, en la vuestra, salvo por sus familias, reciben impresiones de que son deficientes, minusválidos, una carga. Prejuicios, prejuicios y más prejuicios. Por eso tienen muchos problemas para desarrollarse, mostrar y expresar lo que realmente son. Y por eso se les hace muy difícil su misión curativa y armonizante sobre vosotros.

- ¡Madre mía! Esto sí que no me lo esperaba. Me dejas atónito y sin palabras.

- Nada es casual en la naturaleza, y aunque hay errores, responden siempre a un fin, a un Plan. Y algo muy similar sucede con los autistas y algunas otras de las que llamáis “deficiencias”. Enviados para enseñaros y ayudaros, son relegados socialmente, en ocasiones aislados o simplemente ignorados ¿Has mirado alguna vez fijamente a los ojos de un S.D.? ¿Te has preguntado por qué sus rostros se parecen unos a otros, más allá de la consecuencia de su peculiaridad genética?



       Teo guardó silencio. Yo intentaba asimilar esta información. Recordaba el rostro de personas con S.D., su alegría vital, su pureza infantil, su facilidad para amar y sonreír…

- ¿Y cómo podríamos ayudarlos, o por lo menos no interferir en su desarrollo?

- Ante todo son seres humanos, con su personalidad y su ego, desarrollado en el contacto con aquellos que los han educado. Por tanto no esperes reacciones milagrosas. La forma de que fluya su potencial interior, es simplemente dejándolos SER. Permitiendo su libre desarrollo y apoyando a sus familiares, que les dan el amor que merecen. Con afecto, amabilidad y paciencia ante lo que no entendéis. Cuando te encuentres ante uno de ellos, simplemente no pienses, evita los prejuicios, y sobre todo permanece presente en el aquí y ahora, deja fluir tu consciencia sin dejarte embargar por ninguna emoción. Sólo percibe los dones de su presencia.

       De nuevo guardó silencio un momento, me pareció que se había emocionado.

- Y de eso (continuó) es de lo que debía hablarte hoy, por indicación de Ibdana, de la Presencia. Es lo que estas ejercitando en tus prácticas de vuelo ¿no?

- Sí, claro, en eso anda mi propósito. Pero aunque tengo buenos resultados, parece que todo en mi entorno conspira para dormirme, para hacerme olvidar de mí mismo, para sumirme en el sueño colectivo que siento a mi alrededor cada día.

- No es un buen momento para vuestra sociedad (exclamó Teo). Estáis bajo la presión de circunstancias externas, de intereses y voluntades que os mueven al MIEDO. Ése es vuestro auténtico enemigo. Tenéis miedo y se os nota. Miedo a la crisis económica que sufrís, a la incertidumbre del mañana, a qué decisiones tomarán por vosotros los políticos en quienes habéis depositado vuestro futuro, y a los que notáis cada vez más incapaces. Sois varios miles de millones de personas vibrando en esa nota, irradiando constantemente pensamientos y sentimientos, energía psíquica, de miedo, angustia, ansiedad, desesperanza… Todo eso lo recibimos en las colmenas, de vuestras impresiones depositadas en la atmósfera del planeta, y de los apicultores con los que estamos en contacto cada día. También percibimos en cada flor y árbol que visitamos, la angustia y preocupación de la Gran Madre Gaia y el resto de seres por vosotros. La naturaleza toda sufre y se lamenta por la desorientación y confusión en la que vivís, vosotros que estáis destinados a ser Señores y Reyes del mundo que se os ha confiado.

       Miré hacia el suelo, mientras cierto remordimiento surgía en mi interior. De nuevo guardamos silencio durante unos instantes, el necesario para que la ideas e impresiones se asienten. Luego me puso una de sus patas en mi hombro y me dijo.

- ¡Pero hay remedio hombre! No te deprimas, que no es lo que pretendo. Simplemente te muestro los hechos.

- ¿Hay remedio para la humanidad? Suelo ser muy optimista, pero en ocasiones, cuando observo nuestro comportamiento con la naturaleza, con los demás seres y entre nosotros mismos, no puedo evitar ver las cosas con decepción y tristeza.

- ¡Pues ahí es donde está el quid de la cuestión! Los sentimientos y pensamientos que irradiáis. Eso es lo primero que debes vigilar. Proteger tu espacio mental y emocional, para que no entre en sintonía con la atmosfera colectiva de sueño y desesperanza de la que hablaba antes, y no empieces a emitir automáticamente, como un repetidor, ese tipo de ondas mentales. Eso se aprende, tú y todos pueden aprenderlo. No se trata de negar la realidad que os llega, se trata de no dejaros influir por ella y poner vuestro granito de arena para cambiar las cosas, mostrando la otra mejilla, la otra cara o modalidad de vuestras vibraciones, y también sobre todo, con el ejemplo. Si unos pocos de vosotros comenzáis a trabajar con esa actitud consciente en vuestro entorno, esas ondas tendrán un efecto dominó ¿sabes por qué?... Porque son de mejor y más alta calidad vibratoria. El miedo, la angustia, el egoísmo realmente no existen, tienen manifestación subjetiva en vuestra atmósfera psicológica compartida, por razones evolutivas y desarrollo de vuestro aprendizaje vital. Sin embargo, las otras emociones, el Amor, la Esperanza, la Alegría por la vida, la Serenidad, SON REALES, corresponden a vuestra auténtica naturaleza interior, a lo Real y Esencial en vosotros. Por eso, una vez comprendéis esto, las cosas cambian. Aunque no lo creas, son muchos los seres humanos que ya se mueven y se han movido a lo largo del tiempo, con esta dinámica. 

- Y con todas esas personas trabajando por ese fin ¿Cómo no notamos ya cambios palpables?

- Hay varias razones. En primer lugar vuestra infancia evolutiva como especie, hace que sigan siendo minoría entre vosotros. La matriz en la que evolucionáis como humanidad, tiene ciertas reglas que no se pueden saltar. Tienen que ver con el libre albedrío, con los pasos necesarios en el proceso de desarrollo humano. Y con ciertas y determinadas “mentes y voluntades” que se resisten al cambio, manteniendo a la humanidad en una especie de hipnosis general, como un pastor que tiene hipnotizadas a sus ovejas, para que no despierten y dejen de darle los alimentos que obtienen de ellas. Pero todo esto responde a ciclos y periodos, y el que estáis viviendo ahora es propicio para los cambios e impulsos evolutivos de la colectividad.

- Lo siento, pero todo esto que comentas es un poco difícil de digerir. Son ideas que siento en mi interior como ciertas, pero en mi mente resuenan algo abstractas. No acabo de ver exactamente cuál es el problema actual de la humanidad.

- Sencillo. El problema de vuestra sociedad actual no es económico, ni político, ni de falta de recursos. Es un problema ESPIRITUAL. Habéis apartado todo lo espiritual de vuestras vidas. Las formas religiosas externas de épocas anteriores, ha fracasado en integrarse a vuestras nuevas necesidades sociales y culturales. Vuestros jóvenes, ensimismados por la hipnosis de la tecnología y el enfoque lúdico de la vida, han perdido la orientación del auténtico sentido de su existencia. A ellos no les podéis hablar de espiritualidad con parámetros caducos del pasado, con los dogmas de la fe ciega. Necesitan “odres nuevos para el nuevo vino de luz que se avecina”.

- ¿Y cuál es la solución a ese problema, cuáles son esos odres?


- ¿A un simple zángano se lo preguntas? (y sonrío mientras estiraba sus alas.) La solución a vuestra crisis es LA SOLIDARIDAD, el compartir, el despertar la consciencia entre vosotros por el bien común. Vuestras estructuras económicas y sociales están cayendo por sí mismas. Vuestro absurdo afán de acumular y explotar recursos de forma egoísta no puede continuar. No tenéis más salida evolutiva en estos momentos que la Solidaridad. Debéis transmitir a vuestros niños y jóvenes qué es lo realmente importante y qué no ¿Los móviles, los coches potentes, ir a la moda, las cirugías estéticas, ir a Marte? Debéis preguntaros y reflexionar sobre esto. Preguntad a vuestros ancianos y sabios, a vuestros monjes, lamas y derviches, a vuestros chamanes y guías espirituales de tribus africanas, australianas y amazónicas, a vuestros filósofos y físicos cuánticos, a los médicos y cirujanos que pasan sus vacaciones de descanso operando a niños en África y Sudamérica, a aquellos que luchan con sus propios recursos y dinero por la supervivencia de los ecosistemas. Preguntad a ellos y os lo dirán.

- Una vez más, tienes toda la razón estimado Teo. Tenemos que cuidar a nuestra madre Naturaleza y cuidarnos a nosotros mismos, incluyendo al prójimo en nuestras vidas. Sentir el vínculo con los demás seres humanos sin distinción de razas, credos o nacionalidades.

- Y el vínculo con todos los seres vivos con los que compartís este planeta. Pero se me hace tarde, creo que ya he cumplido con lo que Ibdana me pidió respecto a ti. Solo me queda recordarte la clave central de nuestro diálogo: “Vigila y protege tu espacio mental y emocional, para que no entre en sintonía con la atmósfera colectiva de sueño y desesperanza”. Practica el ejercicio de “presencia en el ahora” varias veces durante el día, en tus actividades cotidianas. Y en cuanto percibas a tu mente pensando automáticamente,  emitiendo pensamientos y sintiendo emociones negativas de baja vibración, que no son tuyas, es que has sintonizado mecánicamente con esa onda de sueño colectivo. Entonces vuelve a la Presencia que fluye desde tu interior, al aquí y el ahora. Se trata de que tengas la oportunidad de observar qué y cómo piensas, qué y cómo sientes. La mayoría de las personas ignoran esto sobre sí mismos. Si modulas la calidad de tus pensamientos y emociones, si eliges en qué frecuencia quieres vibrar, estarás ofreciendo la mejor contribución para mejorar este mundo ¡Adiós amigo!

- ¡Adiós Teo! Gracias por todo lo que me has enseñado hoy. Compartiré con todos la realidad sobre los zánganos. Budistas y seres que entregan su vida por la VIDA.
                                                                                              
Sugam Ogima




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